Querida Cristina,
"El arquitecto aprovechó para dar rienda suelta a su
imaginación; diseñó un planta en hoja de trébol,
donde las curvas convexas y cóncavas se equilibran
entre sí armoniosamente en una composición cuyo
movimiento no excluye una gran pureza de líneas y
volúmenes. ¿Se inspiró Niemeyer en el viejo
proyecto de rascacielos de acero y cristal diseñado
por Mies van der Rohe en 1920-1921? Es muy
probable, ya que se notan ciertas similitudes.
Sin embargo la adopción de una planta similar no
implica, en ningún caso, el mismo espíritu en el
diseño. El alemán jugó con absoluta transparencia,
lo que disolvió la masa y alivió el extraño aspecto
de los volúmenes; fue una demostración técnica que
no escapó a la rigidez inherente de los materiales
propuestos.
Por otra parte, el edificio de Niemeyer es
extremadamente dinámico, con sus juegos de llenos
y vacíos reforzados por la animación de los
brise-soleils, su perfecta flexibilidad que subraya
la audacia plástica permitida por el hormigón armado,
la orgullosa seguridad de su belleza, fruto de un
contorno ciertamente inesperado, pero
cuidadosamente ordenado en una figura regular
que no ignora del todo la simetría.
Sin duda por esto último Niemeyer llevó sus intentos
de libertad formal más allá de los típicos términos
a los que se refieren los edificios de muchas plantas."
(Yves Bruand)
Un abrazo,
R